lunes, 27 de diciembre de 2010

La Gallinita Ciega


Date tres vueltas y lo encontraras...

Así empezaba el típico juego de niños, buscando algo, buscando a alguien... esa persona a la que siempre has tenido mas afecto, siempre, siempre, era la primera...

Después vendrían los demás, aquellos que simplemente eran del montón... Años adelante, ese juego termina por cambiar...

Las personas cambian, con ella, el tiempo, las responsabilidades...




Como muchas otras veces, te levantas, lamentándote de la noche que ha pasado tu cuerpo y mente... decides salir de las 4 paredes que te mantienen acogida del frió, pero te da igual, prefieres helarte del invierno, que malgastar el calor prefabricado que ellos creen que necesitas.

Al final, la puerta acaba retumbando de un fuerte golpe, como es de costumbre aunque siempre por diferentes motivos. Sin dirección, sin rumbo... deambulas ilusa de que no serás la única que camina entre centenares de gentes diferentes, que habrá alguien más como tu, y que a demás, tendrá la valía de acercarse y corresponderos con un abrazo mutuo.

Sigues deambulando, crees que nunca tendrá un fin, que tendrás que regresar y el camino se empieza a hacer largo... pero tu música te deja ciega, te concentras tantísimo en sus notas, que... que la batería del mp4 que siempre va postrado a ti, a acabado con tus momentos de paz.

Estas lejos de tu casa, a mi derecha, un banco de madera tapado con cartones, a tu izquierda, una parada de bus... abajo... tu móvil, tu maldito móvil...

& como es de costumbre, siempre tiende a aparecer la misteriosa llamada perdida que rompe el mágico momento...

- si? Quién es?

- Soy yo, que haces, quieres tomar algo?

- la verdad... estoy lejos de casa y no estoy de muy buen humor

- que si anda no seas tonta, dime donde estas que voy a buscarte

- Estoy enfrente de los soportales de donde vivía maría, en la parada del bus.

- Voy para haya, no tardo

Sabes que has hecho mal, que no deberías siquiera haber salido de casa, que no tendrías que haber cogido su llamada, pero ya no tienes elección, sintiéndolo mucho, un pedacito de no se sabe que parte del cuerpo, dice que me sacara una sonrisa solo como nadie lo sabe hacer.

El tiempo pasa sin percatarte de nada, te sumerges en tus pensamientos, vacíos de sentimientos, pasa el tiempo, y sigues sin encontrarle respuesta alguna a todo el motivo de esto...

Se hace tarde, él no aparece, tampoco te preocupas... vuelves a deambular entre los caserones de camino a casa, pero antes de girar a la derecha, antes de pasar la esquina, caes en la cuenta, en ese instante el móvil deja caer su típica llamada, en ese instante, te derrumbas...

Es justo cuando sabes, y te das cuenta, de que él sigue siendo la persona primera en el juego, la persona que recibía todo... a cambio de nada.

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