domingo, 10 de abril de 2011

Fidati di mè ...

Como un pájaro inerte en mitad de la noche, despliegas una infinidad de temas sobre los que poder pensar e imaginar antes de dormirte. Hoy no vacilé sobre cual quería que fuese mi sueño, lo tenia muy claro; solo pensaba en llegar a casa después de mi noche con mis amigos para cerrar los ojos y creerme que tus brazos estaban alrededor de mi cuerpo dándome calor, que el triste sonido de la noche, lo alegrabas tu con tus ronquidos suaves y tu respiración descompasada.

(5:12 a.m ) Eso decía el teléfono, cuando te sobresaltaste por el increíble frío que inundaba la habitación, y con los ojos entrecerrados, viste que la ventana estaba abierta de par en par, y que él ya no estaba en esa habitación alquilada para ellos, para disfrutar de su aniversario como ella pensaba que seria lo debido. Cerraste la ventana, encendiste las luces más bajas y te dispusiste a buscarle, por si se le había ocurrido esconderse muy a dentro de las sabanas, o en el armario donde escondía su regalo. Pero cuando supo que sus pertenencias estaban aún en la mesilla de noche, y ni un rastro de su olor por doquier. Empezó a preocuparse... El modo detective dejaba tras de si los neviosismos, y sacó su lupa del bolso... Pensó que era importante analizar la poyata. A la derecha, una pluma de cuervo arrancada de raíz, y en la misma esquina, un trozo de la piel de él, y su lunar de la pierna tras la rodilla, en su pliegue. Todo era demasiado siniestro...

Entonces vio un cuervo revolotear sus alas cercano a la habitación. La miraba con los mismos ojos que él tenia, reconoceria esa mirada incluso veinte años después. Ahora se encontraba fría, y anhelada, no brillaban sus ojos como cuando la conoció por primera vez, era algo que notaba desde hacia unas semanas...

Minutos después el cuervo empezó a aletear fuertemente sus alas y a volar hacia el horizonte, solo se giró una vez para despedirse... Era la definitiva pensó ella.

Voló para no volver, no dejó rastro de su paradero, no quiso dañarla más de lo que ya la había dañado, solo dejó una pluma y ese lunar que tanto la gustaba besar. No daba crédito a lo que acababa de suceder... no cree volver a enamorarse...

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