jueves, 9 de septiembre de 2010

Tu ciudad!

Un escalofrío me recorre el cuerpo desde mi cabeza hasta los pies, me recorre en un segundo como una mirada lasciva, cuando me tumbo a pensar en tantas cosas que he podido hacer mal. Me recorre cuando recuerdo esas tardes en su sofá, esos besos que me volvían loca, que me acariciaban el cuello de punta a punta, pasando por mis orejas, mis labios, mi nariz, mi frente... si, sabia que no era posiblemente lo que ha mi me gusta... pero en ese tiempo me hacia convertirme en alguien supremo. Y ahora, cuando veo sus fotos, aun siento un cosquilleo que me dice, si lo volviese a hacer no me arrepentiría.

Besos... de todos tipos, mejores, peores... pero cuando estas acostumbrado a unos desde hace tanto tiempo, todo te parece mejor... y ahora, cuando vuelves a esa rutina y intentas variar los besos para que sean como los de el... te das cuenta de que es imposible, y deberás alimentarte de algo que no te termina de gustar.

Estas cabando tu propia tumba, estáis cabando vuestra propia tumba, ayudándoos mutuamente para no poder salir de bache, haciéndole cada vez mas y más grande, y aumentando las distancias entre vosotros. Solo quisieras que igual, el odio no le pudiese al amor, al incandescente e incombustible amor hacia esa persona.

La tormenta siempre vuelve cuando estas en un lugar de frondosas nubes oscuras, siempre vuelve, y aun intentando engañarte alguien listo y con un par de dedos de frente te informara al típico modo de un informativo, de que en menos que canta un gallo, esa lluvia te empapara, y tú la ayudaras, la ayudaras a empaparte y empañarte.

Siempre es la misma historia, siempre son los mismos jugadores en las mismas partidas, sin embargo, antes o después uno de los dos acabara por perder... y por fin nos daremos cuenta de que la separación es lo mejor.

La lista de motivos, el parte meteorológico aumenta y aumenta, tanto, como para convertir la tormenta en un ciclón que arrase con todo a un largo plazo.

Y será nuevamente, el motivo que encendió el ciclón, nuevamente el mismo por el que en la anterior vez, dejo la ciudad perdida del corazón, desierta por mucho tiempo, sin dinero, ganas, motivos, por los que tener que reconstruirla y alimentándote, mientras, de alucinaciones que te hagan disfrutar un poquito de lo que un día llegaste a sentir.

Pasaran años puede, hasta que esa ciudad se reconstruya por completo, hasta que la habiten miles de habitantes nuevos, de cimientos, te casas empezadas por los tejados, de luces, de lugares sombríos, de silencios y carcajadas...

Mientras tanto, esperar tu muerte, es lo único que puedes hacer antes de ser capaz de suicidarte.



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