lunes, 16 de agosto de 2010

Delirio!


Puedo percibir en tus pupilas acarameladas, las brevísimas ganas de asaltar mi mundo; un mundo, en el que en la puerta de mi castillo hacia nuestra cumbre se encuentran los guardianes y guías para no empezar la casa por el tejado, unos guardianes sobre los que no tengo confianza plena, ni merecedores posiblemente de cariño... pero son sus reglas bajo las que vivo, y no puedo romperlas hasta nueva orden...
Como el príncipe azul que viene a buscar a su doncella cada noche, que en su camino lucha contra dragones, quiere enfrentarse a los guardianes para derrotarles, y darles a ver que lo que pido es salir de mis mazmorras para ver mas haya de nuestras tierras. Mientras tanto, cada noche acudes en mi busca, a mi ventana, escondidos bajo nuestras sombras, en medio de susurros y trapicheos de caricias. Como hacíamos antaño, anteponiéndonos nosotros a todo... volvemos al punto de partida, ahora más fácil, pero más largo, retornamos al lugar en que nos conocimos, y crecimos como amantes, volvemos a ser inconscientes, y mientras hacemos eso, yo me siento la mas feliz del mundo, hasta lamentar tener que decirte, pequeño romeo, que aun en estos siglos hay dóciles mujeres capaces de impedir la posible muerte de su mayor amor anteponiendo a estos el poderío a contraatacar contra mi si la existencia de nosotros supiesen... Siempre quedara el razonamiento si tu estas a mi lado, pero no estoy segura, segura aun... tanto como para que si los guardianes aceptases, darte mi mano de por vida...

Hay fuera hay miles de doncellas dispuestas a ello en menos que canta un gallo, millones de doncellas con menos oposiciones y malos tragos, dispuestas al igual que yo, de hacerte feliz si tu las dejas... Sal en su busca, quiérela, quien sabe si en algún futuro volveremos a encontrarnos dulce amado... quiérela y shh! No digas nada, oigo tus pensamientos, me los transmites en cada latir... da media vuelta querido, que aunque me duela, tú eres libre, y yo, una simple reclusa de ellos... gira ante ti, y no mires atrás... este dolor nunca sanara en mi, y sabes el camino de vuelta si en ti aun permanece en el tiempo... Es importante no sufrís por amor, y siento tener que decirte esto... pero perdona si te llamo amor. Te pido por dios que marches a esas tierras lejanas que querías mostrarme, cual quijote en busca de su dulcinea... perdona amor...

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