Allí donde hubo fuego, quedan siempre cenizas, cenizas que no pueden volver a ser prendidas, colillas de cigarro sobre la superficie rojiza, forman una capa de recubrimiento negra, que lo protege, lo protege tanto, que ya no es capaz de percibir sentimientos, pasos sobre su tumba, volviéndose contra ellos, contra todos... un mísero acto reflejo, que no le deja ser real, es la doble hermana gemela de lo que fuiste, la verdadera, se a perdido en el universo infinito de la vida compartida, te la has quedado tu, me la has arrebatado. Capa superficial que me menosprecias, húndete, haz un agujero y húndete, quiebra tus bordes, quema tus esquinas, y llévame contigo, llévame contigo al más profundo sufrimiento, o vete con todo él, y déjame limpia de nuevo... Arrebátame la mascara, para poder ver y brillar bajo el sol, acaríciame, y sobre todo... abrázame... tan fuerte que no pueda separarme de ti, y así deje de echarte, y suelte el ultimo pedacito de cristal, la ultima puñalada, y así poder decir... el olvido por fin a sido vencido, y ahora que se como, sus puntos débiles están escritos en pedacitos de papel. Solo me queda él ultimo paso de tantos de los que he dado, solo me queda que me le quites tu. No te imaginas las ganas que tengo de que mi sonrisa... mi sonrisa no sea fingida... mi sonrisa esté llena...
Ojala el futuro fuera tan fácil de ver en una bola de cristal, ojala esa vidente que no te inspira sinceridad pero te confía los más extraños sucesos, pudiera decirnos lo que pasaría si eligiéramos un camino o el otro... ver, aunque fuera con nitidez, aquello sobre lo que intentas poner empeño...
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