La hermosura de las cosas muchas veces se encuentra en lo que normalmente a la gente no le gusta, o por regla general... no es bonito. Pero en ti las cosas son diferentes, ver hermoso mojarte, ves hermosa una tormentas de verano, un tornado, un color oscuro, algo que nadie se pondría... romper los esquemas y por eso, aprovechas para compartirlo, aprovechas un segundo en el que la atmósfera deje caer su lluvia para deslizarte con el viento por el sendero, cerrar los ojos y creer que has estado ciega hasta ese maravilloso momento, inundar tu mente de recuerdos, y desbordarla con momentos mágicos que sabes que nunca ocurrirán, imaginar que alguien irreconocible, pues tiene la cara borrada, te esboza una sonrisa y te agarra por atrás percibiendo tu olor en el pelo, y contigo, seguir disfrutando de ese pequeño mundo que tu imaginación crea.
Hasta que un sonido artificial en medio de la pradera, destruye lo que para vosotros es lo más bonito, y para ellos, lo más horroroso que han podido ver sus ojos. Entonces despiertas, y nadie imagina como los dos quieren repetirlo, adentrarse en ellos para oír los pensamientos compartidos. Y en un segundo todo cambia por completo, sale el sol, la pradera es una ciudad inundada de personas, la felicidad se convierte en mal estar, y te das cuenta de que soñar no lo es todo y que los impedimentos están ahí mas que para estar. Hay a quien le gusta pensar que son señales, y otros que son retos... para otros un simple fastidio que dejan pasar.
Parece mentira que aun haya personas que hagan de una cosa tan pequeña como una cuenta de collar, la mayor sonrisa en el mejor momento del año, en uno inesperado, gente que te conozca tanto que sepa que una mirada significa teQuiero, o una simple llamada perdida al móvil, necesito ayuda. Deber... así dices tu que llamas a eso... cuando deber es la deuda que tengo contigo.
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