jueves, 10 de marzo de 2011

Incapacidades

Hace mucho que no me paro a escribir de esa manera que relataba todo lo que mi alma sentía, y es difícil dar a entender el por que. Pero hoy, me encuentro con unas pocas fuerzas para sacarle a esta todo lo que lleva callando meses, lo que hoy, no va a servir de nada reprochar, por eso escribo.Hoy, un día de persianas bajadas, de luz solar plena entre rendijas, de ojos encallados en agua tras las pesadillas que la noche me aguardó, que me sobresaltan de miedo, que me impiden sonreirle al mundo por no ser reveladas, por que ni mi parte derecha (la de los sentimientos) ni mi parte izquierda (la lista), son capaces de recordar con plenitud, simplemente, se dan de valer por si mismas para convertirlo todo... en el acto reflejo que me haga darme cuenta que si lo relatado ocurriese, me moriría en el intento de valerme por mi misma para sacarte los ojos, y pudrirte el corazón de tal manera que el mio quedase impoluto. Quizás fuese esta la única manera de desintoxicación de tus miradas a contracorriente.
Pero no solo eso es lo que no me deja continuar con mi día, la leche mancha los rincones del salón, los pájaros no cantan, la música que ponen en la radio no es agradable a mis oídos, y la música con la que me compasas tras mi camino tampoco... Sí, pasas la mañana a tu manera, como puedes, anclada en ellos. Pero el momento en el que vuelves a entrar en la habitación cerrada a cal y canto, recaes. Vuelves a ser incapaz de coordinar tus hemisferios cerebrales, para ponerles de acuerdo y darte por satisfecha con el trabajo que cada tarde debes realizar, ni anfetaminas, ni vitaminas, ni cocaína... ni mucho menos... ninguna de esas cosas hacen que el ángel baje del cielo, me ilumine con un poco de sensatez y me deje concentrarme.
& cuando creo que eso era todo, me ilumina el diablo vestido de blanco con sus peticiones deshonestas, sábias de contestaciones negativas, que me dan más ganas aún de coger la puerta, para abrazar y pedir a oídos de la muchedumbre, que sin el pilar más importante, que sin caricias, que sin sonrisas y lágrimas, luz y lluvia, besos... millones de besos... soy incapaz de vivir.

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