viernes, 4 de marzo de 2011
siguió
He intentado que escribir esa palabra todos los días me hiciera más fuerte, inmune al mundo, superior... todo eso que dicen que puedo llegar a ser y que no valoro. He intentado borrar de mi memoria mil momentos compartidos, mil segundos perdidos, mil palabras mal husadas, pero es que los momentos más insignificantes son los que más se me clavan en el fondo de mi alma, y por muy telescópicos que sean, son los más dificiles de arrancarme y arrebatarme. Yo, que me consideré sin corazón al desprenderme de el por regalarle al mejor postor, y que ahora no encuentra su rumbo en el mapa ni con brujula señalante. Yo, que sufro más de lo debido por hacer lo indebido, yo, que esprimo lágrimas sin son, o que infravaloro tantas cosas de mi alrededor. Considerarme de forma incalculable a los ojos de los demás y a los mios autoflagelarme... Otra vez el mismo punto de mi mapa del tesoro de la vida, otra vez el amor en el aire, otra vez levantarme sin saber... si ni siquiera mi sonrisa relucirá al alba, si serás tu quien lo haga, si ni siquiera podre superarlo o no... si la fortaleza de la que me alimentaba se hundió tras el tren de cercanías que me dejó en la cama, o si la cama que me acojía ahora guarda soledad... Y el cuento se acaba como acaban las cosas que no tienen mucho sentido, y la vida siguió...
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